Entendiendo la interfaz ciencia-política
febrero 4, 2018

Por Francisco Antón

La ley de Ciencia y Tecnología estableció en el año 2002, la formación de Unidades de Vinculación y Transferencia de Conocimiento (UVTC), para promover como su nombre lo indica la vinculación entre las Instituciones de Educación Superior (IES) y Centros Públicos de Investigación (CPI) con el sector productivo y de servicios, buscando de esta forma que el conocimiento desarrollado en estas instituciones sea transferido y asimilado por el sector empresarial.

Este mandato surgió como propuesta para resolver el atraso que ha tenido nuestro país en el desarrollo de tecnología. Sin embargo, como sucedió antes y después de la publicación de esta ley, la vinculación en México ha sido muy escasa, casi inexistente, y muy difícil de entender. Esto se debe a la realidad que vivimos en nuestro país donde las empresas no confían en las capacidades del sector académico y las Universidades y Centros de Investigación se han dedicado principalmente a la investigación básica, que les dé prestigio internacional mediante la publicación de sus resultados, y no les llama la atención atender las necesidades del sector productivo.

El argumento anterior, no es fácil de asimilar al igual que muchas cosas que suceden en nuestro país, pero la estadística nos dice que aun no llegamos al 1% de vinculación entre la empresa y la academia.

¿Por qué entonces si hace mas de quince años la Ley de Ciencia y Tecnología se pronunció por el establecimiento de UVTC´s, estas aun hoy no existen como tales?

El problema radica en que se ha interpretado el término UVTC como equivalente al de OTT´s, Oficinas de Transferencia de Tecnología, tratando de emular lo que se ha implementado en países desarrollados, donde la vinculación entre la academia y la empresa ya es cotidiana, pues ésta se ha dado en forma exitosa desde la primera revolución industrial y desde entonces la academia ha aprendido junto con la industria a desarrollar la tecnología asociada a sus productos y procesos. Pero los conceptos son totalmente diferentes:

Transferencia de Tecnología, es la venta de una tecnología totalmente desarrollada por una institución de educación o investigación, pública o privada, para ser adquirida por otra institución, pública o privada, para su utilización y/o comercialización. La venta significa una transferencia de propiedad intelectual y para esto existen varios modelos, venta total de derechos, pago de regalías por uso, etc.

Transferencia de Conocimiento, es simplemente el apoyo, que brinda una institución, que tiene las capacidades y el conocimiento, para desarrollar la tecnología necesaria que dará solución a un problema que tiene otra institución, mediante contrato o convenio.  Al resolver este problema enseña, forma o capacita a la otra parte en la tecnología involucrada. Para esto es muy importante que la institución beneficiada tenga la capacidad para asimilar el conocimiento asociado al desarrollo para que la transferencia sea exitosa.

La tecnología y el conocimiento generan un circulo virtuoso que se auto estimula. Al principio la técnica fue una consecuencia de la necesidad de resolver un problema, que la intuición mediante la asociación de observaciones logró resolver generando el conocimiento. La acumulación de conocimiento, resultado de la solución de distintos problemas promovió la generación de nuevas técnicas que pudieron ser aplicadas a la solución de diversos problemas y así sucesivamente.

El desarrollo de una nueva tecnología implica tener el conocimiento asociado a su aplicación, en los países desarrollados quienes tenían el conocimiento se dedicaron a resolver problemas asociados al desarrollo de productos y procesos, de la mano y contratados por el sector productivo. En México, aun hoy, la historia es diferente, la academia no ha tenido la oportunidad de colaborar con el sector productivo y la empresa ha preferido invertir en la importación de tecnología para garantizar el retorno de su inversión.

Cómo esperar entonces que la academia en México pueda tener tecnologías desarrolladas listas para ser transferidas a una empresa, bien sea para resolver un problema, mejorar la eficiencia, la productividad o implementar un nuevo producto, si nunca han estado en contacto con los problemas de la fabricación, los requisitos de confiabilidad en su aplicación y las regulaciones del mercado.

Para poder tener Oficinas de Transferencia de Tecnología exitosas, se necesita que las Universidades y Centros de investigación tengan tecnologías desarrolladas listas para su transferencia. Sin embargo, resulta que todas las investigaciones y desarrollos tecnológicos realizados por las Universidades y Centros de Investigación no están listos para su transferencia, están a medias o bien no encuentran a una empresa que se interese por ellas.

Todos los investigadores en México quisieran utilizar su conocimiento para desarrollar un producto o proceso que pudieran producir o vender, eso sí a un costo muy alto, a una empresa, nacional o internacional.

Cuando un investigador de un CPI o IES en México publica y decide desarrollar un producto a partir de su investigación, nunca piensa en la aplicación que tendrá este y por ende no realiza el estudio apropiado sobre la necesidad que tiene el mercado de este producto, no hace un análisis sobre los procesos que se van a requerir para producirlo y los costos asociados más allá del costo de materiales.

Es aquí donde la vinculación permite que el investigador conozca y aprenda, al resolver un problema del sector productivo, los detalles y requerimientos de la aplicación. Y por eso es importante retomar el tema de las unidades de vinculación para que el conocimiento se transfiera en dos vías.

Para que las UVTC´s sean exitosas se necesita primero que las Universidades y Centros de investigación vean en la vinculación un beneficio más allá del económico y realicen que esta les planteará nuevos retos de investigación aplicada y la oportunidad de conocer los detalles de como completar sus propias tecnologías y poderlas transferir.

Para generar tecnologías que se puedan transferir o bien crear empresas de base tecnológica fundadas por investigadores, se debe entender y completar el ciclo del emprendimiento, porque aplica en ambos casos, una tecnología transferible contempla los mismos pasos que emprender un negocio.

Recientemente en las herramientas para la innovación, ha tomado auge el diseño centrado en el usuario (“Design Thinking”), una herramienta desarrollada hace más de 30 años como fundamento de la metodología que deben seguir los diseñadores industriales y es parte fundamental del diseño y desarrollo de producto que se aplica en empresas enfocadas al mercado de consumo.

Entender al mercado, entender al usuario, entender las necesidades y sobre todo el valor que tiene para éste una solución, es necesario para poder definir adecuadamente el problema, los conceptos y las variables que rodean a estas necesidades.  Basado en esto se procede a desarrollar una serie de ideas que satisfagan estas necesidades para seleccionar entre estas la más adecuada. Sobre esta idea se desarrollarán prototipos para poder entender la forma de producirlo, los costos asociados y así poder contrastar estos con las necesidades para evaluar si realmente las resuelven al costo esperado. Este proceso deberá continuar para poder corregir o cambiar hasta que el prototipo sea funcional y entonces lograr un producto exitoso y validado.

Normalmente, en nuestro país el proceso sucede al revés, el investigador tiene una idea, la desarrolla y después hay que buscarle mercado.

Para lograr un emprendimiento académico exitoso se debería utilizar la misma herramienta y lograr así una investigación centrada en el uso o aplicación que tendrá el producto final de esta investigación. A este proceso se le puede llamar justificadamente: Investigación enfocada en las necesidades (“Research Thinking”), que pueden ser del usuario, del mercado o de la empresa a la que se le va a resolver un problema.

Pareciera ante la lógica que nada es nuevo bajo el sol, el diseño basado en el usuario (Design Thinking) ya existía, y hoy es una novedad que se aplica a diversas disciplinas como una herramienta para generar una innovación. Si se compara con el método científico, se podrá ver una gran similitud en sus pasos, pero añadir un enfoque al usuario en la observación permitirá lograr un impacto positivo en la aplicación, esto llevaría el proceso hacia el “Research Thinking”.

4 Comments

  1. Buena opinión, las Universidades están buscando cubrir solo las necesidades básicas del estudiante y hasta ahí e incluso pareciera que les da miedo aventurarse con empresas a otro nivel donde sí hay verdaderos retos y estándares a seguir con mayor criterio, en fin es una transición que poco a poco se dará aquí en México.

    • Mariana Achirica dice:

      Es cierto, las universidades en general buscan satisfacer las necesidades que las instituciones educativas les solicitan (que no siempre van de la mano con las necesidades de la industria). Habría que incentivar a la empresa privada a que considere inclusive desde sus propios recursos invertir en I+D y por el otro lado, las universidades podrían mejorar “su oferta académica” más allá de prácticas profesionales que continúen con el concepto de apoyo técnico. ¿Qué pasaría si los estudiantes en vez de hacer “talacha” proponen desarrollar investigación que se adapte a la búsqueda de soluciones científicas?

  2. Mariana Achirica dice:

    El modelo de la Triple Hélice del Emprendimiento invita a las universidades a que actualicen sus propios modelos para emprender. En mi opinión, EL PRIMER paso para que funcione una vinculación es que haya una necesidad que “los haga encontrarse” Por un lado una problemática que resolver y por el otro, una propuesta que pueda resolverlo. Esperamos poder colaborar para que ambos trabajen de la mano. Gracias Doctor por su excelente artículo!

  3. Mónica Ávila dice:

    Como diseñadora e investigadora, es realmente contingente fortalecer metodologías de ésta disciplina en diversas áreas. Fortalecer la crítica objetiva en los alumnos, permite una mejora continua. Por experiencia con la vinculación empresarial, los planes de estudio ni siquiera cumplen por completo con la oferta y demanda de apoyo técnico imperante en la bolsa de trabajo mexicana. Ahora sin una motivación creativa y de investigación en los estudiantes, ausente también una búsqueda de estudio de la demanda real; la formación de empresas con base tecnológica no ha tenido un desarrollo dominante.

    Buen trabajo y áreas de oportunidades latentes, tenemos para gestar los cambios hacia una sociedad innovadora en México.

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