¿De qué vive un Biólogo?
agosto 2, 2021

Por Mariale Rodríguez Quispe

La industria de la moda es tan hermosa como contaminante. Según la ONU, es la segunda más contaminante del mundo, ya que provoca serios problemas ambientales y sociales a nivel global. Una alternativa de solución a estos problemas es Purpuralab, un Laboratorio Textil Sostenible que ayuda a crear moda justa para las personas y el planeta.

Los que trabajamos en esta industria o amamos la moda por los colores, texturas, formas; en fin, por todo lo que la ropa nos hace sentir, sabemos que es chocante enterarnos que una de las industrias más hermosas del mundo puede llegar a causar tanto daño al planeta y a las personas.

El 2013 fue un año clave para la moda, ya que salieron a la luz muchas problemáticas. El 24 de abril de ese año, se derrumbó el edificio Rana Plaza en Dhaka, Bangladesh. Esta edificación de 8 pisos estaba en muy mal estado. Incluso había sido declarada como inhabitable, aún así seguía siendo el centro de trabajo de más de 5 mil costureros, que cosían sin descanso para más de 30 marcas internacionales. Y otro dato alarmante, ¡ganando aproximadamente 2 dólares al mes!

El colapso del Rana Plaza trajo como consecuencia la muerte de más de mil personas y destapó los reales problemas de la moda; tales como la esclavitud, la informalidad, el trabajo infantil, la trata de personas y la contaminación. Todos estos problemas están netamente ligados al fast fashion.

Las marcas de fast fashion elaboran ropa barata que se usa y enseguida se tira, ya que la materia prima que utilizan es tan mala que dura máximo una temporada, después son desechadas contaminando suelos, océanos y atmósfera. Aproximadamente el 85% de los textiles terminan en la basura o siendo quemados. Estas marcas también piden constantemente una reducción de los costos de producción a sus proveedores. Todo esto implica graves consecuencias para nuestra salud, nuestro planeta y para la vida de quienes producen la ropa.

Cuando me enteré de la problemática que se generaba en la industria de la moda me hice una pregunta, ¿vas a ser parte de la solución o del problema? Escogí ser parte de la solución. Desde ahí me he sumergido en artículos e investigaciones para encontrar alternativas sostenibles que se puedan aplicar a las diferentes partes de la cadena.

He trabajado en la industria textil por más de 7 años. El primer contacto que tuve con este mundo fue cuando era pequeña y miraba como mi madre hacía la ropa de mis muñecas con retazos de tela y tejía a mano todos los abrigos que ella vestía. Desde ese entonces ya estaba convencida de que, este era mi camino.

Mi primer negocio de moda lo creé en el 2014. Recuerdo que fue muy complicado porque no conocía sobre procesos textiles, lo que llevó a que las prendas de la marca quedaran muy mal diseñadas y solo se llegó a vender un 10% de todas las prendas producidas. En esa época, no sabía que gran parte del desperdicio de tela se produce durante la fase de corte, ya que esto se ve influenciado por el diseño de la prenda y el buen diseño de los patrones planos. Emprender es algo muy bonito, pero es necesaria la asesoría de expertos para que la inversión de tiempo, dinero y otros recursos valga la pena.

En 2019 tuve mi primer contacto con la moda sostenible al ser Cofundadora de una marca de ropa, que elaboraba prendas con materia prima regenerada, a partir del reciclaje de retazos textiles. Al estar en una marca de moda sostenible, también detecté problemáticas en otras partes de la cadena, por ejemplo, en la parte de producción de prendas. Eran problemas que, hasta ese entonces, solo había visto que sucedieran en países de Asia, pero nunca imaginé que estuvieran pasando en Perú, mi país de origen.

El comercio injusto y la explotación laboral empezaban a verse muy de cerca y junto con mi socio, Víctor Valdez, no podíamos quedarnos de brazos cruzados. Entendimos que una marca que tenga la etiqueta de moda sostenible, no podía ser solo sostenible por la materia prima que usaran, tenía que ser sostenible también con las personas que confeccionan sus prendas.

No puedes llamarte sostenible si las personas que han hecho tu ropa no han recibido un pago justo. Y la moda no puede ser bella si contamina nuestro planeta y utiliza mano de obra infantil. De hecho, menos del 2% de los confeccionistas a nivel mundial ganan un salario digno.

Por ello, mi socio Víctor Valdez y yo, fundamos Purpuralab a fines del 2020, con el objetivo de atender la problemática de la moda desde la cadena de producción. Y también, con el fin de ayudar a las marcas para que construyan la sostenibilidad desde sus bases.

En Purpuralab gestionamos la producción textil para marcas de moda con propósito. Las asesoramos en todo el proceso de producción, que va desde el diseño, hasta el empaquetado y entrega final. También facilitamos el acceso a materia prima de excelente calidad y promovemos el uso de materiales y procesos sostenibles. Como el lavado en ozono, que permite ahorrar agua, energía y químicos.

Trabajamos bajo el modelo de economía circular y trabajo ético. Buscamos el crecimiento de nuestros talleres aliados y medimos nuestro impacto social y ambiental, a través de un manual que le entregamos a cada marca. En cada manual aparece la siguiente información: quién hizo sus prendas, composición de materia prima, retazos sobrantes, agua utilizada, energía utilizada y más.

Creemos que comprar ropa debería ser igual a comprar comida en una tienda. Si la etiqueta de una galleta nos dice cuánta azúcar, calorías y grasa contiene. La etiqueta de un pantalón también debería decirnos la procedencia de la mano de obra, origen de materia prima, huella de carbono, agua utilizada, etc.

Aproximadamente el 30% de las telas utilizadas en la fabricación de prendas de vestir se desperdician. Y a nivel mundial, los textiles representan hasta el 22% de los desechos mixtos en todo el mundo. Es por eso que, para atender esta problemática, en Purpuralab reciclamos todos los retazos sobrantes del corte y los transformamos en nuevos productos como: complementos para las marcas, fieltros o tela regenerada. De esta manera los retazos vuelven a la cadena como materia prima y generando zero waste.

Para Purpuralab, la moda sostenible se fundamenta en la conservación de los recursos naturales, el bajo impacto ambiental de los materiales empleados y el respeto por las condiciones laborales de los trabajadores involucrados en su producción. Es la única manera en que las prendas que fabricamos sean realmente bellas. La sostenibilidad no limita las opciones, por el contrario, las amplía, ya que ofrece a los diseñadores y marcas nuevos retos. Lo sostenible es creatividad, belleza e innovación.

Nuestro objetivo es ser parte de la revolución en la industria textil Latinoamericana. Creando un modelo de producción más justo, inclusivo y escalable. Y transformando la moda, de abajo hacia arriba. Creando una red de talleres aliados que maquilen bajo los principios básicos de medio ambiente y personas.

La sostenibilidad es el presente y el único futuro por el que podemos apostar. No es una tendencia ni una moda, es una necesidad que la sociedad tiene que cubrir y por eso ha llegado para quedarse. Llegará un momento donde incluso, desde el punto de vista económico, sea la única alternativa viable. Según la ONU, el planeta solo tiene hasta 2030 para detener un cambio climático catastrófico y si no empezamos a actuar ahora, será demasiado tarde.

Y tú, ¿decides ser parte de la solución o del problema?

Te invitamos a crear moda justa con las personas y el planeta.

 

Mi nombre es Mariale Rodríguez Quispe. Publicista y Empresaria Textil. Soy fundadora y directora creativa de Purpuralab, empresa socio-ambiental peruana que gestiona la producción textil para marcas de moda, promoviendo el uso de materiales y procesos sostenibles.

Correo: purpuralabtextil@gmail.com

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