Por: Víctor Flores

El mundo de hoy está en constante cambio, y surgen inventos que revolucionan nuestra forma de vivir. Así como sucedió con la invención del ferrocarril, el telegrama, el acceso a internet, la digitalización de los celulares y la secuenciación del ADN, ahora se viene un cambio con mayores magnitudes, los biomateriales.

Los biomateriales se definen como “cualquier sustancia que ha sido diseñada para interactuar con los sistemas biológicos”, sin embargo, esta definición es obsoleta, dado que se le atribuyó a los materiales metálicos y cerámicos que podrían ser compatibles con algunas células y así crear prótesis. Hoy los biomateriales significan mucho más, son una mezcla de sustentabilidad, circularidad, arte y ciencia.

Los bioplásticos son parte del grupo de los biomateriales y se han proyectado como punta de lanza de la denominada 5ta revolución industrial. Esto quiere decir que cada vez más veremos cambiar materiales convencionales como el plástico, cuero, unicel, cemento, entre otros por materiales provenientes de desperdicios agroindustriales y hasta del mismo CO2 del aire.

Mi historia en esta bio-revolución comenzó en el 2016 con un interés peculiar con los materiales que me rodeaban. Para ese tiempo, era muy evidente que existía una problemática de contaminación en los océanos, aunque fue hasta el 2018 que empezaron las prohibiciones de los plásticos de un solo uso y se volvió algo viral en México. Al notar esta situación mi interés científico me motivó a buscar alguna solución que remplazará los materiales tradicionales.

Soy ingeniero, científico y emprendedor. Me formé como Ingeniero en Biotecnología y fundé Biointellectus para aportarle a este planeta más de lo que le he quitado. Consciente que enfrentamos una crisis climática causado por la vida de producción y desecho a la que estamos acostumbrados, decidí que era tiempo de cambiar. Es momento de transformar, la sociedad, los hábitos de consumo, las industrias, los productos y sobre todo los materiales.

Durante 4 años me he sumergido en un camino extraordinario, he visto moléculas orgánicas como el almidón y la celulosa transformarse en productos de utilidad. Incluso yo mismo he procesado residuos industriales transformándolos en objetos de uso diario como envases, empaques, desechables y artículos de higiene. El desarrollo que existe hoy en esta disciplina nos permite mezclar algunos residuos como el bagazo del agave, del coco, naranja e incluso con semillas de aguacate y mango. De esta forma, podemos obtener materiales 100% circulares, de residuos renovables y sobre todo manteniendo en todo momento su biodegradabilidad.

Los biomateriales son una realidad, están aquí y funcionan, sin embargo, ahora me cuestiono ¿qué vendrá después?

Los bioplásticos han mostrado su eficiencia y se adaptan muy bien a la sociedad. Ahora las tecnologías empiezan a ser más ambiciosas, se han modificado bacterias y otros microorganismos para producir moléculas completamente nuevas, como PHA (polihidroxialcanoatos) o PHB (polihidroxibutirato), con aplicaciones más especializadas.

Ahora los biomateriales son funcionales, algunos pueden acelerar la degradación de otros materiales, otros más pueden filtras toxinas, algunos más incluso son aislantes o conductores de calor y electricidad. Puedo imaginar materiales que reaccionen a los estímulos humanos, que se adapten a las ondas e incluso que nos protejan cuando lo necesitemos.

Las aplicaciones de estos nuevos materiales son solamente una parte de toda esta revolución, también se descubren nuevas fuentes por las cuales se pueden obtener bioplásticos. Hay microorganismos que se han modificado para crecer utilizando las emisiones contaminantes que causan el efecto invernadero e incluso el mismo plástico. En algunos años podremos obtener productos creados cien por ciento de la basura.

Lo que enfrentaremos en el área de los bioplásticos y otros biomateriales no tendrá precedentes. Los retos técnicos que asumiremos el día de mañana, hoy son totalmente desconocidos. Sin duda tenemos una visión de lo que queremos construir, pero la velocidad a la que la sociedad necesita de soluciones sustentables nos obliga a ser más creativos y replantear nuestros objetivos en la transformación de los materiales convencionales.

En Biointellectus entendemos la sensación de culpa y ansiedad que surge en los consumidores al comprar productos que no cumplen con las expectativas ecológicas. Es por esto que nos une un solo propósito “Seguir caminando en verde”, por medio de la elaboración de biomateriales con una huella de carbono drásticamente baja y asegurando su reintegración al medio ambiente al terminar su vida útil. Así les llevaremos el poder a la sociedad de elegir. Todos deberíamos tener ese derecho.

El futuro le pertenece a quienes trabajan para formarlo. Es decisión de todos nosotros decidir qué tipo de futuro queremos. La mayoría de las personas están empezando a tomar la decisión de dejar a un lado la economía lineal y optar por productos renovables, sin embargo yo he decidido ir más lejos. No me conformo con un mundo de productos reciclados, quiero un mundo nuevo que sea sustentable y renovable. Un mundo donde nuestros dispositivos electrónicos y la electricidad que consumimos no afecte a nuestro planeta y que tan solo sea una sinergia del mismo.

Les envidio un poco su oportunidad de toma de decisión, sin embargo, estoy más que convencido que habrá muchos quienes buscarán nuevos materiales y nuevos procesos para obtener los productos que tanto disfrutamos. Ahora los invito a todos a repensar en su futuro, en cuestionar los materiales tradicionales que utilizamos y sobre todo a compartir la revolución de los biomateriales.

Y si tú ¿ya sabes de que se trata? ¿qué esperas para elegir bioplásticos?

Mi nombre es Víctor Antonio Flores Santana. Soy Ingeniero Biotecnólogo graduado del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey de la Ciudad de México. Soy fundador y director de la Startup Biointellectus, en donde nos dedicamos a seguir caminando en verde mediante el desarrollo de una nueva generación de biomateriales.